sábado, 8 de agosto de 2009

FORTALEZAS DE ORO PARA GARANTIZAR EL CRECIMIENTO ADECUADO DE SU HIJO


Estimule las habilidades de sus hijos para que ellos, desde pequeños, aprendan a conocer sus gustos y a disfrutar del tiempo libre sin ver televisión.
Una de las principales dudas que tienen los padres es qué deben hacer sus hijos en el tiempo libre y desconocen la importancia de que los pequeños practiquen algún hobbie. Para la pediatra especialista en desarrollo infantil, Aura Sofía Rico, ayudar a los menores de cinco años a encontrar algo que les guste “es fundamental porque los aleja de la televisión, que los sobreexcita y no les permite interactuar”.


Por eso la especialista recomienda que desde que están pequeños los padres les brinden a los niños los elementos que les permitan explorar el mundo a través de la lúdica y el juego con un propósito. “Las actividades grupales, como los cursos de vacaciones, permiten que los niños aprendan a seguir instrucciones, trabajen manejo de turnos y toleren la frustración”.


Los estudios
En la Universidad de Pensilvania, Susan M. McHale, Ph.D en desarrollo humano realizó un estudio con 198 niños, entre quienes encontró las fortalezas de los que tienen actividades o hobbies estructurados y dirigidos: son menos vulnerables a desarrollar síntomas depresivos. Por el contrario, los infantes que pasan mucho tiempo libre sin hacer alguna actividad productiva, tienen menos éxito escolar y mayor probabilidad de tener malas conductas.


Para la sicóloga Juliana de Mier Manzini, las actividades extracurriculares ayudan a desarrollar las habilidades cognitivas, la parte social y emocional del menor. “Según la edad, existe un juego o actividad que con seguridad ayudará a estimular. Sin embargo, lo más importante es que los chiquitos tendrán la sensación de éxito”.


Inteligencias múltiples
El investigador de la Universidad de Harvard Howard Gardner empezó a estudiar el potencial humano en 1979. Para el autor, la inteligencia es “la capacidad de resolver problemas o de crear productos que sean valiosos”. Él reconoce según su teoría ocho inteligencias diferentes que pueden interactuar entre ellas. “Es una capacidad que se convierte en destreza y que además se puede desarrollar”. Por eso, él cree que cada niño tiene un área fuerte que necesita encontrar para poderla desarrollar.
¿Cómo encontrar las fortalezas de mi hijo y estimularlo?
Los padres deben entender que a pesar de la cantidad de técnicas que existen en el mundo, no siempre se ajustan a su personalidad. “El mejor método para estimular a un niño es respetando su desarrollo de manera individual”, afirma la especialista Aura Sofía Rico.


Por tal motivo los padres deben ofrecer todo un abanico de propuestas a sus hijos y permitirles que ellos tengan un acercamiento lento y sin ningún tipo de presiones. El jardín infantil Kids Explorers ofrece las siguientes actividades para los menores de 5 años, pensando en fortalecer diferentes áreas del desarrollo físico e intelectual:


· Cocina: desarrollan diferentes destrezas matemáticas, como reconocer unidades de medida, conceptos de volumen, temperatura, tiempo, entre otras.


· Baile: coordinación de movimientos, la expresión de sensaciones con todas las partes del cuerpo, descargar tensiones, la sociabilidad y la integración.


· Arte Yoga y Tai chi chuan: : mejoran la salud, la flexibilidad, la fuerza, el equilibrio, la coordinación y desarrollan otras habilidades psicomotrices. Sosiegan las emociones, alivian la ansiedad y ayudan al niño a relajarse. Favorecen la concentración, el optimismo, la confianza y la autoestima.


· Arte: a través de él los niños aprenden acerca de todos los componentes del desarrollo, la creatividad y la imaginación, la expresión de sentimientos, los procesos simultáneos y el pensamiento crítico.


· Taller de magia: desarrolla la innata curiosidad, las reacciones ante la intriga, dando especial relevancia a la expresión oral y gestual, ya que la magia no deja de ser un arte escénico.


· Formación científica: alimenta la curiosidad y aporta aptitudes para la vida, opciones de futuro profesional, comprensión del mundo, saludable dosis de escepticismo, aptitudes para la resolución de problemas y experiencia en las técnicas de investigación.


Clase de inteligencias
· Inteligencia lógico-matemática, la que utilizamos para resolver problemas que incluyen estas áreas. Aplica en los científicos.


· Inteligencia lingüística, la que tienen los escritores, los poetas, los buenos redactores. Utiliza ambos hemisferios.


· Inteligencia espacial, consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones. Es la inteligencia que tienen los marineros, ingenieros, cirujanos, escultores y arquitectos.


· Inteligencia musical es, naturalmente la capacidad de los cantantes, compositores, músicos y bailarines.


· Inteligencia corporal es la capacidad de utilizar el cuerpo para realizar actividades o resolver problemas. La tienen los deportistas, artesanos, cirujanos y bailarines.


· Inteligencia intrapersonal es la que nos permite entendernos a nosotros mismos. No está asociada a ninguna actividad concreta.


· Inteligencia interpersonal, La que nos permite entender a los demás. La tienen vendedores, políticos, profesores o terapeutas.


· Inteligencia naturalista, la que utilizamos cuando observamos y estudiamos la naturaleza. Es la que demuestran los biólogos.


Por Olga Morales B. Coordinadora-Editorial ABC del bebé.

CONOZCA TODO SOBRE LA DIARREA: CÓMO RECONOCERLA, TRATARLA Y PREVENIRLA


Además, el por qué se produce, cómo se contagia y algunos consejos sobre cómo contrarrestar la deshidratación en los niños, consecuencia frecuente de esta molestia.


¿Qué es la diarrea?
“Diarrea es el aumento en el número de las evacuaciones, con una frecuencia mayor a 3 veces en 24 horas. Se caracterizan por tener una consistencia líquida y causar pérdida de agua y sales del organismo”, explica Gonzalo Franco, director del Centro colombiano de nutrición integral y profesor jefe de Pediatría, Clínica Corpas.
¿Qué es la enfermedad diarreica aguda?


“La enfermedad diarreica aguda es el episodio de diarrea que dura entre 1 y 14 días”, asegura Sandra Helena Paipilla, especialista en gastroenterología y nutrición pediátrica.


¿Por qué se produce? “La diarrea casi siempre tiene un agente infeccioso, que puede ser bacteriano o parasitario (como en el caso de las amibas y las giardias). Pero principalmente por un virus, de hecho, la diarrea viral es la más frecuente, ya sea por varios virus que no detectamos específicamente o por un virus muy común, que en ocasiones produce gastroenteritis muy severas, que es el rotavirus”, sostiene el pediatra Juan Luis Figueroa.


¿Cómo prevenirla? “Lavar las manos con agua y jabón, antes de tocar un bebé o cambiarlo de pañal. Fomentar la alimentación con leche materna. Hervir y desinfectar los biberones. Usar agua hervida o de bote- llón para el consumo, pues de esta manera se desinfecta, lo cual significa la extracción, destrucción, desactivación o eliminación de los microorganismos nocivos que existen en el agua, evitando así la diarrea”, comenta el doctor Franco. Aún así, el pediatra Figueroa afirma que a pesar de los cuidados higiénicos, no es muy fácil prevenirla, sobre todo cuando hay grupos de niños que están juntos en gran cantidad.


¿Cómo se contagia? “La principal vía de contaminación es por la boca al ingerir el virus o alimentos contaminados con virus bacterias o parásitos”, dice la doctora Paipilla.


¿Qué hay que hacer?
El doctor Franco recomienda:
A. Ofrecer líquidos o compotas de guayaba y manzana no azucaradas, pues esta empeora la diarrea.

B. Si la diarrea es abundante, es necesario continuar con suero de rehidratación oral, que contengan sales como sodio, potasio, lactato y glucosa, con sabores que sean atractivos para el niño. Se debe dar con cuchara o jeringa directo en la parte lateral de la boca, pero lentamente para que no lo vomite.

C. Si hay vómito repetido, diarrea con moco y sangre, distensión del abdomen o imposibilidad para beber, hay que llevar al niño a urgencias.

D. Ofrezca alimentos que contengan almidones: harinas de plátano, arroz, ñame o yuca (para preparar coladas o sopas espesas con carne molida de res o pollo), papa blanca, pasta, tostadas, galletas de soda, maíz pira, pera, durazno, banano, plátano verde, ahuyama y zanahoria.


Si hay deshidratación...
¿Cómo reconocerla? “Cuando el niño deja de tener llanto con lágrimas, la saliva se le vuelve muy espesa, se le hunden los ojos, se pone muy pálido y quejumbroso todo el tiempo. En ese caso, debe acudir a un hospital y si lo requiere, probablemente se le ponga una solución hidratante endovenosa”, explica Figueroa.


¿Cómo contrarrestarla? Además del suero de hidratación oral, la doctora Paipilla asegura que también es favorable la dieta astringente, que consiste en consumir “alimentos ricos en fibra, que ayudan a atrapar agua y a disminuir el tránsito intestinal. Además, el doctor Franco añade: “Esta dieta favorece el control de la diarrea sin necesidad de medicamentos antidia- rreicos. Se debe iniciar después de rehidratar el niño en las primeras cuatro horas. Sin embargo, jamás se debe suprimir la alimentación, pues esto produce desnutrición”.


¿Es favorable lavar los alimentos con hipoclorito de sodio? “El hipoclorito de sodio (NaOCl) es un compuesto que puede ser utilizado para desinfección del agua, también es efectivo contra bacterias, virus y hongos. Generalmente se aplica en lugares donde el agua no es segura para el lavado de los alimentos”, dice Franco.


No olvide:

1. Hidratándolo desde el comienzo.

2. No suspender la alimentación. En menores de 6 meses, solo administre leche materna.

3. No emplear antibióticos ni antiparasitarios.

4. Llevarlo urgente al pediatra cuando el vómito es repetido, diarrea con moco y sangre.

5. Facilitar un ambiente de reposo.


Por Melissa Serrato Ramírez

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE EN LOS NIÑOS


Pese a ser comunes, los trastornos del aprendizaje están mal orientados, y los niños que los sufren son considerados desatentos o despistados. Detectarlos es esencial para tratarlos adecuadamente.


Albert Einsten, Winston Churzzchill, Thomas Edison y Alexander Graham Bell, además de ser personajes importantes en la historia mundial, tienen en común que sufrían problemas de aprendizaje. Esto significa que los niños con esta clase de dificultades no son menos inteligentes, sino que presentan deficiencias en ciertas áreas del conocimiento. La clave es detectarlos antes de la etapa escolar, para evitar fracasos académicos e inconvenientes sicológicos.


Un trastorno del aprendizaje se caracteriza porque el niño tiene dificultades para adquirir información y procesarla. Se evidencia porque su capacidad está por debajo de lo que se espera para su edad, nivel educativo y nivel de inteligencia. Por lo general provoca un retraso en su desarrollo académico y también afecta las actividades cotidianas. Muchas veces se asocia con otros problemas de comportamiento y de personalidad.


Según la sicóloga Annie de Acevedo, en el libro Casos y cosas, “es una disfunción neurológica que se puede manifestar en dificultades para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear, tener buena ortografía y hacer operaciones matemáticas. Suelen ser problemas poco visibles y no se notan fácilmente”.


Inteligencia normal
Los niños con estos trastornos tienen un nivel de inteligencia normal o promedio, pero presentan inconvenientes en resolver problemas y entender indicaciones. Aunque estas dificultades no desaparecen y el niño deberá convivir con ellas toda la vida, sí se pueden manejar para que el desempeño académico sea mejor. “Se pueden controlar e incluso prevenir. Sin embargo, hay algunos menores que por más que se les trabaje se sabe que tendrán necesidades en el aprendizaje”, afirma Cecilia Zuleta, sicóloga especialista en desarrollo y crianza.


“Los trastornos de aprendizaje no son producto de la pereza ni de un problema físico en los ojos o en los oídos. Son alteraciones en la entrada, el procesamiento o la salida de la información al aprender. No obedecen a daños en la estructura del cerebro sino a disfunciones de ciertas neuronas”, explica Acevedo.


Se estima que estos problemas de aprendizaje son causados por una dificultad en el sistema nervioso, lo que ocasiona que se reciba, procese o comunique la información de una forma diferente. Esto puede deberse a un inconveniente hereditario o, en algunos casos, a un nacimiento prematuro, pues se pueden afectar las células cerebrales y no se hacen las conexiones neuronales que se llevan a cabo durante las últimas semanas de gestación. Aunque también se pueden atribuir estos problemas del aprendizaje a falencias en la estimulación, esta teoría es debatida.


“Estos trastornos se deben a la falta de maduración del cerebro, y a eso sí se le puede añadir una falta de entrenamiento. Se habla de la existencia de una dificultad, cuando a pesar de tener una preparación, el niño igual no puede procesar el conocimiento bien. El pequeño puede tener problemas de motricidad y cuando llegue al colegio no haber aprendido a agarrar el lápiz, a seguir un renglón o a ubicarse espacialmente, y esto lógicamente retrasaría su aprendizaje”, asegura la sicóloga especialista en neurosicología Marta Lucía Miranda.
Números y letras


Los tipos de trastornos más comunes son los que tienen que ver con los problemas para el lenguaje y la lectura, la expresión escrita y las matemáticas. El problema relacionado con la lectura, que suele denominarse dislexia, es muy frecuente y consiste en que los niños invierten el orden de los números y las letras, y pierden fácilmente el punto en el que están leyendo en una página. Además presentan dificultades para identificar sonidos y por ende, no pueden pronunciar bien las palabras. Así mismo, su ortografía es mala.
Para tratar este trastorno, por lo general se hace un trabajo para que el niño identifique los fonemas de las letras y las configuraciones fonológicas de las palabras.


Otra clase de trastorno tiene que ver con la expresión escrita (disgrafía), en la que el menor omite letras, sílabas o palabras; confunde sonidos semejantes y tiene errores gramaticales. Igualmente escribe mal las letras, con tamaños y formas incorrectas y no guarda un espaciamiento adecuado entre renglones.


El tercer problema de aprendizaje tiene que ver con las habilidades del razonamiento matemático (discalcutia). Los niños con este trastorno presentan deficiencias de memoria, atención y orientación. Por ello, les cuesta entender conceptos como arriba y abajo o izquierda y derecha. Además se les dificulta realizar operaciones con números.


Educación especializada, pero no especial
“Los niños con problemas de aprendizaje no responden a los métodos de enseñanza tradicionales, pero sí aprenden si se les enseña a otro ritmo y con otras técnicas”, explica la sicóloga Annie de Acevedo.


La labor de los profesores y centros educativos es brindarles una enseñanza más especializada y diferenciada de acuerdo con sus capacidades.
“Es importante matricularlo en un colegio de exigencia media, con grupos pequeños y con profesionales que entiendan sus necesidades de aprendizaje”, recomienda la sicóloga experta en desarrollo y crianza Cecilia Zuleta.


Los padres también tienen un papel esencial. Primero que todo, deben aceptar los trastornos de aprendizaje de su hijo y detectar los problemas para empezar un tratamiento adecuado. Ellos son los encargados de exigir un proceso integral que asegure el bienestar del niño.
Además deben elogiar los logros del pequeño para evitar problemas de baja autoestima.Lo más importante que deben saber es que, aunque los trastornos de aprendizaje no se curan, los niños pueden presentar dificultades en una o dos áreas, pero son muy buenos en otras, como en los deportes o en las artes.


Identificar, tratar y controlar
"Los problemas de aprendizaje antes se empezaban a identificar en la etapa escolar, cuando se evidenciaban las dificultades para escribir, leer o aprender matemáticas. Pero hoy desde temprano se ve que hay niños a los que les cuesta expresarse y tienen problemas de planeación motora”, comenta Cecilia Zuleta.


Por eso es imprescindible que tanto profesores como padres estén atentos al proceso de aprendizaje de los niños y detecten a tiempo si existe un trastorno.
Después de identificar las dificultades, es necesario iniciar un tratamiento integral, que reúna la opinión de varios especialistas. La idea es recibir asesoría de un neuropediatra, un psiquiatra, un sicólogo, un pedagogo y un terapista ocupacional.


Según Luisa Márquez, neuróloga pediatra, no hay un examen para determinar la presencia de un trastorno en el cerebro. El diagnóstico es clínico, luego del análisis detallado del comportamiento del pequeño. Vale la pena aclarar que estos niños tienen coeficientes intelectuales normales.


Por Juan David Cárdenas P.

¿IZQUIERDA O DERECHA?


Ser zurdo no es ningún defecto, como se creía antes, cuando en los colegios se les amarraba la mano a los niños para que usaran la derecha. Se calcula que aproximadamente una de cada trece personas es zurda.

Aún así, es difícil para quienes manejan esta mano, porque no encuentran, por ejemplo, pupitres, guitarras u otros utensilios, lo que dificulta varias de sus actividades.


Ser zurdo o diestro implica que existe la supremacía de uno de los hemisferios, aunque ninguno es más importante que el otro.


:: Hemisferio derecho: habilidades espaciales y visuales. Creatividad, emociones, capacidad de síntesis y talento artístico.


:: Hemisferio izquierdo: lenguaje, escritura, pensamiento analítico y lógica.
Trabajar con los niños en casa


Para saber cuál área del cuerpo se usa con mayor facilidad, los padres pueden:


:: Realizar juegos de presión con las dos manos en diferentes texturas.


:: Modelar con materiales sencillos como la plastilina o la arcilla con una mano y luego con la otra.


:: Hacer figuras con cada una de las manos.


No existen estudios en donde se determine si por ser zurdo o diestro se es más inteligente. Lo único cierto es que tienen las mismas habilidades para hacer cualquier actividad.


Solo hasta los cuatro años, los padres deben buscar ayuda si perciben que sus hijos no se han decidido por un lado exacto para emplear. Esto podría ser señal de inmadurez del sistema motriz.


En la actualidad existen tiendas exclusivas con objetos para zurdos, que pueden facilitar la vida escolar de los pequeños como tijeras, libretas, tazas, relojes.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL CHUPO


Diversos estudios afirman que su presencia frecuente y prolongada en la boca podría afectar el desarrollo apropiado del habla. El chupo, ese compañero inseparable de algunos bebés, tiene una razón adicional para convertirse en su aliado: un estudio publicado por la revista British Medical Journal señala que los infantes que duermen con chupo reducen en un 90 por ciento el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita.


Los autores afirman que aquél estimularía el desarrollo de los caminos neuronales que controlan la potencia de las vías respiratorias superiores, es decir, ayudaría a mantenerlas abiertas durante la noche, ya que su cierre produce dicho síndrome. El niño aumenta su respiración durante la succión.


Esta investigación coincide con un análisis de trabajos previos sobre el tema publicado en la revista Pediatrics, que demuestra que el uso del chupo por las noches, durante el primer año de vida, reduce significativamente el riesgo de muerte súbita del lactante.


Esta propiedad, sin embargo, no logra convencer a muchos profesionales, quienes siguen declarándose enemigos de su uso, puesto que el chupo es uno de tantos factores que, combinados, reducen dicha incidencia.


Por un lado, afirman, no existe una evidencia científica que sugiera que el bebé necesita succionar por una razón diferente a la de buscar alimento. Cuando se observe su deseo de chupar, es mejor acercarlo al pecho.


El chupo es una manera facilista de entretener al niño y se convierte en problema cuando su uso se prolonga por bastante tiempo. Algunos padres recurren a él como una forma de tranquilizar a ese bebé llorón, que no se calma con nada, sin considerar que comienzan a crear el hábito de la succión más allá de los primeros 6 meses de vida, tiempo en el cual este reflejo debe comenzar a integrarse con otros patrones de conducta del infante, convirtiéndose más en un elemento de comodidad para los padres que de beneficio para el niño, afirma la fonoaudióloga Aixa Materón.


Como regla general se advierte que en las primeras cuatro a seis semanas del bebé el chupo no debe introducirse; tampoco, sustituir el momento de alimentación, ponérselo al infante entre una toma y otra o endulzarlo con miel o azúcar. Si los padres optan por su uso, deben seleccionar uno de marca reconocida y buen control de calidad, ojalá de silicona.


Si ya es un hábito…
Los expertos recomiendan:
· Evitar prohibiciones. No debe exigírsele al niño abandonar el chupo. A medida que crece, lo dejará por sí solo.


· Seguridad e higiene. Cada vez que lo arroje el piso, lavarlo muy bien y no compartirlo con otros pequeños.


· Distracciones. Si en una situación en particular el niño siente la necesidad de usar el chupo, distraerlo con actividades interesantes para que dicho objeto sea su último recurso de entretención.


· Límite de uso. En un calendario en mano pueden destacarse los días que el niño deja de utilizarlo y cuando acumule bastantes, recompensarlo.


Debe evitarse si
· Reduce la frecuencia o duración de las amamantadas (un recién nacido debe lactar de 8 a 12 veces al día.


· El bebé tiene dificultad para alimentarse de forma apropiada (confusión de pezón, por ejemplo).


· No está ganando peso suficiente (en tal caso debe lactar con mayor frecuencia).


· La mamá presenta molestia en sus pezones (tal vez por la confusión del bebé).


· Su producción de leche es baja, por lo cual debe amamantar todo el tiempo posible para estimular la salida de la leche.


· Alguno de los dos tiene algún tipo de infección.


· El bebé presenta infecciones de oído a repetición.


Los pros y los contras de su uso
Según María Helena Varela, pediatra neonatóloga y perinatóloga, estas son algunas de sus ventajas:


· Le ayuda a algunos pequeños a adaptarse a nuevas situaciones (guardería, por ejemplo).


· Calma al niño y lo hace sentir seguro en situaciones difíciles para él.


· Tiene la forma anatómica de la boca.


· Se puede lavar y esterilizar cuantas veces se desee.


· Es más fácil de quitar que el dedo.


· Puede utilizarse en los primeros 6 meses y a partir de allí, suspenderse.


La pediatra Patricia Contreras, por su parte, reconoce como contras que:


· Se asocia con una duración más corta de la lactancia y dificultades para lactar (pezones adoloridos y producción insuficiente de leche).


· El bebé podría estar propenso a desarrollar infecciones orales.


· Algunas investigaciones demuestran que existe una relación entre el uso del chupo y una mayor incidencia de otitis media.


· Su uso puede resultar en atoramiento o estrangulamiento si se rompe o si se cuelga al cuello del infante (nunca hacer esto).


· Su presencia prolongada en la boca conlleva la desviación de los dientes y problemas de habla (lengua perezosa), al inhibir la capacidad del niño para articular ciertos sonidos. Si está aprendiendo a hablar, hacerlo con el chupo podría alterar el patrón del habla.


· Prolonga la succión.


· Podría, igualmente, dificultar el desarrollo apropiado de los músculos faciales y el desarrollo del paladar.


· Ofrecérselo al bebé interferiría la frecuencia de amamantadas, lo cual aumenta las posibilidades de que la mujer ovule y quede nuevamente embarazada.


· Si se utiliza con frecuencia e intensidad considerables, cambia los hábitos de deglución al tragar saliva.


· El niño que permanece con el chupete a toda hora se vuelve hipersensible en la boca.


Por Andrea Linares Gómez

ACCIDENTES COMUNES QUE SUFREN LOS NIÑOS MENORES DE UN AÑO


Caídas de altura, intoxicaciones y ahogamientos son las causas de las lesiones más frecuentes que sufren los bebés en sus propias casas.

“Los accidentes de los niños menores de un año ocurren porque los adultos no asumen las medidas para evitar los factores de riesgo”, así explica Olga Lucía Baquero, pediatra de la Clínica Infantil Colsubsidio, que con solo asumir la prevención, cientos de niños no sufrirían golpes, atoramientos o quemaduras y muchos estarían vivos.

No es en la calle, ni en el jardín en donde más sufren accidentes los gateadores, es decir, los menores de un año. Estos suceden en el sitio en el que más protegidos deberían estar: el hogar.

Por eso, cuando un bebé llega a la casa, los padres deben recorrerla paso a paso para detectar las áreas más vulnerables. Que sea un bebé de cuna no impide que deban tomarse las garantías para que tenga todas las condiciones de seguridad.

Ernesto Durán, pediatra y miembro del Observatorio para la infancia de la Universidad Nacional, explica que la costumbre de los padres es decirles a los niños: no corra, no coja eso, quédese quieto. Es imposible hacer que ellos se comporten como adultos, sentados, inmóviles en una silla. “Esto puede generar problemas en su desarrollo, porque en su afán de exploración quieren tocarlo todo”.


A continuación presentamos los principales accidentes que sufren los menores de un año, y la forma en la que deben actuar sus cuidadores cuando estas situaciones se presentan:

Caídas de altura
De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Medicina Legal, en el 2006, 6.119 niños sufrieron lesiones no fatales en sus hogares. De estos, 93 casos se presentaron en los menores de un año. Los demás escenarios fueron, en ese orden, centros educativos, hospitales, supermercados o almacenes, vehículos particulares y la vía pública.

En una investigación realizada por el servicio de urgencias de la Clínica Infantil Colsubsidio, en la que participó la pediatra Olga Lucía Baquero, se determinó que la principal causa por la que los pequeños buscan atención de emergencia, en el 75 por ciento de los casos, ocurre por caídas de altura, que puede ser desde la misma altura del niño, los brazos del adulto que lo alza, las camas, los muebles, las escaleras o un segundo piso.

Como resultado, los pequeños sufren distintos traumas, especialmente en la cabeza, debido a que por su desarrollo esta parte del cuerpo es mucho más grande que el resto.
“Ellos no tienen aún los reflejos de protección. Cuando un adulto se tropieza, lanza las manos hacia delante, pero ellos todavía no tienen esa capacidad de defensa”, explica la pediatra.

Como consecuencia, pueden aparecer hematomas (morados) superficiales, los llamados chichones o acumulación de sangre intracraneana; en ocasiones, pueden ocurrir fracturas.
“Ni los pediatras, ni los ortopedistas recomendamos el uso de caminadores –señala Baquero- porque no son un estimulante del desarrollo, pero sí son causantes de varias lesiones, porque los pequeños se ruedan por las escaleras o toman una mayor velocidad a la adecuada y se caen de frente”.


Las recomendaciones para que los padres apliquen en este caso son:
· Es un mito creer que tras un golpe, los niños no deben dormirse. Lo importante es observar si hay cambios en su conducta.


· Deben ser llevados a urgencias si: pierden la conciencia, vomitan o convulsionan. En esto consiste la observación neurológica que los padres deben saber hacer.


· Si el pequeño tiene que ir a urgencias, los médicos lo analizarán aproximadamente por nueve horas.


· Cuando se caen de una altura de consideración, siempre deben ser llevados a un servicio médico.


Intoxicaciones
Los detergentes y limpiadores vienen en colores llamativos y a esto se le suma que las mamás tienen la costumbre de reenvasar los productos; los niños terminan por ingerir ese vistoso líquido.


Además, los adultos son poco cuidadosos al guardar los productos. Por ejemplo, algunas madres dejan las píldoras anticonceptivas en la mesa de noche o sobre la cama.
Si usted ve al pequeño con el frasco desocupado o el líquido regado encima, es claro indicio de lo sucedido. Pero puede pasar también que no existen evidencias; por eso, los padres deben estar muy atentos a los cambios que puedan presentarse en el bebé, como somnolencia o por el contrario, agitación, temblores, vómito sin que tengan antecedentes de fiebre o diarrea.


“La gente cree que debe darle leche, pero esta aumenta el tránsito intestinal y se ingiere más rápido lo que ha bebido. Además, no saben qué sustancia es la ingerida y cuál es su reacción en el organismo. No debe inducir el vómito porque los limpiadores tienen sustancias cáusticas y queman el esófago y al salir quema dos veces”.


También está contraindicado inducirlo cuando se trata de gasolina o varsol, porque estas sustancias pueden pasar a los pulmones y al hacer esta maniobra se genera neumonitis química.

Ahogamientos
Marcela se metió una canica en su nariz; Felipe, la pieza de un juguete en su oído. Estos elementos se pueden sacar con la ayuda de un médico, pero cuando el objeto obstruye la vía aérea, sale en la materia fecal en el mejor de los casos, o se queda atrapado y obstruye la respiración.


Los menores de un año se encuentran en una etapa oral, en la que su conocimiento con el mundo está mediado por lo que puedan morder. Cuando el adulto ve al bebé con algo más pequeño que el tamaño de su boca, debe acudir con rapidez y retirárselo, sin gritar, para no asustarlo y evitar que se lo trague.


Pero si ya lo ha hecho, no intente sacarlo con sus dedos, porque puede empujarlo más y complicar la situación o rasgar los tejidos. La maniobra correcta consiste en acostarlo boca abajo sobre sus piernas y meter una mano debajo del abdomen. Luego, proceda a darle cinco golpes fuertes en la espalda, en la mitad de la parte alta, con la base de la otra mano. Posteriormente, voltee al niño para ver si el objeto ya salió o, de lo contrario, repítalo mientras llama a la ambulancia.


Pero también existen los ahogamientos en agua. La principal recomendación para los adultos que están a cargo de los niños es no dejarlos solos nunca, cuando están en piscinas, ríos o el mar. Incluso, es frecuente que los accidentes se presenten en sanitarios, albercas o baldes.


Baquero dice que las excusas frecuentes de los adultos son: “dejé al niño en la tina un segundo y fui a contestar el teléfono. Pero el niño en la tina, por ese minuto, se ahoga. Por otro lado, solo se necesitan cinco centímetros de agua en un balde, para que un gateador, de por sí inquieto, se asome, la cabeza le gane y se caiga. Si nadie lo ayuda, se ahoga”. Cuando existen las medidas para prevenir estos accidentes, las consecuencias se pueden reducir en un 50 por ciento.

Quemaduras
También es frecuente que los pequeños se vean afectados por la quemadura de un líquido caliente. Muchas veces sucede que los adultos transportan agua para bañar al pequeño y no ejecutan las medidas de seguridad necesarias; así, el bebé termina por atravesarse en el camino y un accidente puede ocasionar que todo el contenido del recipiente termine lesionando su piel.


De la misma manera, pueden sufrir este riesgo porque los padres no obstruyen el acceso a interruptores, enchufes o dejan los electrodomésticos conectados, en muchas ocasiones con cables pelados. Si el pequeño esté cerca, se lo mete a la boca y ocurre una tragedia. La recomendación más importante que hacen los expertos es conocer paso a paso el desarrollo de sus hijos; de esta manera sabrá qué es capaz de hacer el bebé en cada etapa de su crecimiento y será más fácil prevenir.

Preparados en casa
Es ideal tener un botiquín que incluya elementos como sustancias para limpiar heridas (alcohol, agua oxigenada), gasas, medicinas para bajar la fiebre, sales de rehidratación oral, algodón y tijeras. No se debe tener otro tipo de medicamentos, para evitar riesgos. Debe ponerse en un lugar lejos del alcance de los niños.


La tarea de los padres es apropiarse de su nuevo rol como cuidadores de un menor y, por lo tanto, determinar cuáles son las áreas que representan mayor peligro, para actuar frente a ellas con medidas claras de seguridad.

17 consejos para prevenir accidentes
Los gateadores están la mayor parte del tiempo en su casa, y es precisamente allí, en donde sufren más accidentes. Los más frecuentes son caídas de altura con golpes en la cabeza como consecuencia, atoramientos con cuerpos extraños, intoxicaciones, quemaduras por fuego y líquido caliente, entre otros.


La mayoría de estas situaciones se pueden prevenir si los adultos toman las medidas adecuadas y asumen normas en casa. Lo primero que deben hacer es recorrer palmo a palmo la vivienda y examinar las zonas de riesgo, para luego tomar medidas, que permitan ofrecerle al pequeño un ambiente adecuado para su desarrollo.


Olga Lucía Baquero, pediatra de urgencias de la Clínica Infantil Colsubsidio y Ernesto Durán, también pediatra y miembro del Observatorio para la infancia de la Universidad Nacional, hacen recomendaciones para que los padres adecuen sus casas con medidas de su seguridad:


· Jamás piense que su hijo no es capaz de hacer algo, como voltearse y caerse de la cama.


· Es importante que los padres conozcan el desarrollo de sus hijos para que sepan lo que el pequeño va a ir haciendo cada mes y así puedan prever los posibles riesgos.


· Nunca deje al bebé solo. Un segundo basta para que ocurra una tragedia.


· Dejarlo en un corral es una buena opción para ponerlo cerca de usted y tenerlo siempre dentro de su campo visual.


· Las casas con escaleras deben tener barandas. Por supuesto, nunca se le debe dejar a un bebé acercarse sin la vigilancia de un adulto.


· Ni los pediatras, ni los ortopedistas recomiendan el uso del caminador, porque no estimulan el desarrollo del pequeño, pero sí es un mecanismo que facilita que el pequeño se ruede por las escaleras o tome gran velocidad y se caiga de cabeza.


· No ponga demasiadas cobijas o cojines en la cuna y tampoco lo deje sobre un sofá que se hunda con facilidad, porque aumentará el riesgo de ahogamiento.


· Procure no dejar a la mano objetos muy pequeños que quepan en la boca del bebé. Guarde en cajones o gavetas altas medicamentos, joyas, hilos, agujas y todo lo que considere riesgoso.


· Haga lo mismo con jabones y todos los productos para limpieza. Es muy importante no

reenvasarlos, para evitar confusiones.


· Corte las cuerdas de las persianas para evitar que los pequeños jueguen y se las enreden en el cuello.


· En el mercado se consiguen tapas para cubrir los enchufes y evitar que los bebés metan sus dedos. También puede poner muebles pesados para ocultarlos.


· Así mismo compre rejas para restringir que suba o baje por las escaleras sin su supervisión.


· También se consiguen en el mercado protectores para poner en los bordes puntiagudos de las mesas o las camas, que amenazan la integridad de la cabeza del bebé.


· Asegúrese de que cada uno de estos dispositivos no se suelte fácilmente.


· Se recomienda tener un teléfono inalámbrico para atenderlo sin necesidad de descuidar al pequeño.


· Compre una silla de seguridad para transportarlo en un vehículo. Ubíquela para que el pequeño le dé la espalda al conductor y de esta manera evitar las lesiones de columna.


· Los sitios en los que hay piscina, deben estar protegidos con una reja o una cubierta, en los momentos en los que no esté en uso. Esto favorece que los pequeños no se acerquen sin la presencia de un adulto.


Por Juliana Rojas H.

QUÉ ES LA ESTIMULACIÓN Y CUÁNDO DEBE PONERSE EN PRÁCTICA


El juego, el amor y los masajes son elementos que ayudan a estimular al bebé.

“Mi hijo ya habla claro, se sabe las vocales y, además, suma con tan sólo dos años de edad”. Estas son algunas frases pronunciadas por los padres orgullosos de las habilidades de sus pequeños. La pregunta es: ¿conseguir estos logros fue un proceso satisfactorio para el niño?


La llamada estimulación, que en palabras de Paula Bernal, sicóloga especializada en desarrollo infantil e instructora certificada en masajes para niños, “se trata de una serie de actividades que buscan promover todas las esferas del crecimiento de las personas, como la motricidad, percepción, lenguaje, relaciones sociales, el afecto, la seguridad en sí mismo y su sentido de auto-eficacia” se ha convertido en la mayor herramienta de los padres para conseguir un mejor desempeño de sus hijos.


En un mundo cada vez más competitivo, algunos padres y educadores creen que los niños deben aprender todo cuanto les sea posible tan pronto como ellos puedan, a algunos les resulta exitoso el proceso de estimulación adecuada, pero otros, en cambio, consiguen efectos contraproducentes porque no han tenido en cuenta la sensibilidad de sus pequeños frente a los ejercicios, actividades, masajes o caricias que se utilizan para lograr las grandes habilidades que esperan.


“La idea es hacer las actividades con intervalos de tiempo breves y respetando el ritmo, el temperamento y la sensibilidad de cada niño”, afirma Paula Bernal, al explicar por qué la estimulación es un proceso donde la parte activa debe ser manejada por los bebés, quienes son los que ponen los límites de los ejercicios.


En ocasiones se hacen muchas actividades con un niño y muy seguidas, en las cuales se está cambiando todo el tiempo en busca de alcanzar resultados a corto plazo, pero lo que se consigue es una sobre estimulación en donde el pequeño se desconecta y hace como si no existiera. “La idea no es obligar a los menores a hacer las cosas y hacer caso omiso a sus expresiones de llanto o corporales que indican rechazo, porque cuando uno no respeta eso está comunicándoles que no es importante lo que están diciendo”, agrega la especialista.

Verdades sobre estimulación -El juego es la mejor manera de estimular a un niño- dicen los expertos en el tema, quienes recomiendan a los padres que lo hagan en forma natural y sin premeditación. Así, los adultos aprenden a leer el comportamiento de los niños y a respetar sus necesidades; además, permite saber cuál es el límite y cuándo una actividad debe parar.


Después de este proceso natural (el juego), según la especialista, el primer paso para iniciar es la estimulación táctil y la relacionada con los movimientos de los brazos y las piernas: “nada que vaya en contra de lo que naturalmente el bebé podría hacer”. Con esto se va consiguiendo desarrollar la motricidad y despertar su sentido del tacto.


Este tipo de estimulación tiene una importancia particular. En la India, los bebés eran masajeados desde su nacimiento y se veían niños más seguros y con mayor motricidad. Esto despertó el interés de los científicos que han estudiado el tema, pero aún no se tienen sustentos certificables. Lo realmente cierto y según cuenta la sicóloga es que “se han hecho estudios con prematuros en los cuales se ha demostrado que ganan peso mucho más rápido cuando son estimulados en forma táctil.

Asimismo, en la parte emocional está comprobado que con este contacto se facilita la formación del vínculo entre el pequeño con el o los adultos proveedores de cuidado, y por ende contribuye al desarrollo de la confianza y la seguridad”.


Una vez el bebé empieza a gatear, que es entre los 7 y los 9 meses, la estimulación cambia porque ya no se puede masajear a un pequeño que no se queda quieto y quiere otro tipo de actividades. Entonces, en esos momentos se debe incorporar una orientación más lúdica y centrada en el juego. “Aquí aparecen una serie de materiales que despiertan el interés y la curiosidad del menor, por sus formas y colores… Ya más adelante, las actividades deben ser menos orientadas por los adultos y más libres para el niño, ya que es él quien va tomando la iniciativa en la exploración”.


En cuanto al lenguaje, gran parte de esta estimulación empieza con canciones y es muy importante que sean acompañadas de rimas. En este sentido, la música clásica tiene un efecto relajante, pero Paula Bernal dice que la idea es exponer a los pequeños, también, a diferentes ritmos: cantar, bailar con ellos cargándolos (cuando todavía no lo puedan hacer solos), mover las manos y mostrar expresión corporal. Estas actividades promueven el desarrollo lingüístico y musical.


Finalmente, gran parte de los procesos adecuados en estimulación incluyen arte, lo cual permite que se desarrollen destrezas en motricidad fina (relacionada con los músculos pequeños de las manos) y la parte sensorial, al experimentar con diferentes tipos de pinturas y texturas.
En el tema de estimulación, son muchos los conceptos por descubrir y estudiar. Lo cierto es que asesorarse de expertos y permitir a los niños desenvolverse, según su edad y sus intereses, debe primar por encima de los objetivos acelerados de los padres.

¿Qué pasa con la estimulación intrauterina? La especialista en desarrollo infantil dice que existen varios estudios en los cuales se prueba que en el vientre de la madre ocurren las estimulaciones de manera natural: los órganos se mueven, la mamá habla, canta y genera diferentes movimientos. “Por ejemplo, hay una práctica frecuente de poner linternas en la barriga de la mujer embarazada, pero como uno no está viendo la posición del bebé, en algunas ocasiones se estimula más un ojo que el otro”, agrega Paula Bernal, quien además recomienda a la futura mamá cantar y leer cuentos con rima a su hijo, antes de utilizar procesos que pueden resultar contraproducentes.


Con respecto a la música, la sicóloga manifiesta que el líquido amniótico es un poderoso transmisor de sonido y la mayoría de las veces los adultos ponen canciones a alto volumen en el vientre, sin conseguir ningún efecto. Aquí aparece el tema del ‘Efecto Mozart’, que para la especialista representa un fenómeno publicitario, el cual no tiene comprobado sus efectos como estimulante intrauterino. Pero explica que los niños entre tres y cuatro años que toman clases de piano tocando melodías de Mozart tienen un desarrollo matemático superior, según pruebas científicas.

EL LLANTO Y LA SONRISA SON LAS PRIMERAS HERRAMIENTAS DE COMUNICACIÓN QUE LOS PEQUEÑOS USAN PARA EXPRESARSE


Los padres deben estar atentos a las demostraciones faciales de los niños para saber cómo y en qué momento atenderlos.


Según Jaime Aurelio Céspedes, director del departamento de pediatría de la Fundación Cardioinfantil y jefe del posgrado de pediatría del Colegio Nuestra señora del Rosario, “todas las señales del bebé, en un principio, van a enmarcar emociones primarias; es decir, aquellas de hambre, saciedad, frío, calor, olor y placer, entre otros. Y son expresiones faciales, tonos o timbres del llanto o palabras que en un momento dado se van a ir asociando a cada una de estas sensaciones”.


Una de las expresiones básicas de un niño es el llanto. A través de este, el pequeño está ‘diciendo’ que está insatisfecho, incómodo y hasta triste. “Es el primer lenguaje que tiene el ser humano y que se calma por sospecha de una necesidad”, dice Clara Inés Sandoval, pediatra bioenergética. Cabe aclarar que los bebés no siempre lloran por hambre, también tienen otras necesidades.


“Hay muchos niños, sobre todo los lactantes menores, que tienen dos o cuatro meses, que lloran porque tienen cólicos o agrieras”, sostiene la pediatra.
Por otra parte, la sonrisa es otra reacción facial que tienen los bebés frente a diversas situaciones, personas y acciones que perciben a su alrededor.

Esta se cataloga como social –es decir, cuando se usa como herramienta para interactuar con los demás– hacia las 5 o 6 semanas de edad. Antes se cree que es apenas un movimiento reflejo.
Aunque algunos padres suelen preocuparse porque sus hijos no sonríen desde muy pequeños, este no es un problema, pues la reacción de cada pequeño depende del desarrollo y el entorno del menor.


Sin embargo, se recomienda estimular esta actividad, pues, además de ser una manifestación facial común, le permite al bebé fortalecer el vínculo afectivo con el adulto.

Descifrar y atender las necesidades Lo más común es que cada vez que exista llanto, la madre atienda la necesidad del niño. Si no funciona, debe acudir al pediatra. En cuanto a la sonrisa, el adulto siempre debe responder a ella con agrado. Para el doctor Céspedes, “cuando una persona está completamente compenetrada con su hijo, con solo mirarlo, le hablará y va a ser capaz de saber qué está pasando con él a través de las expresiones”.

ALERGIAS EN LOS NIÑOS: CONOZCA LAS MÁS COMUNES


Los ácaros, la leche de vaca, el huevo, el pelo de gato y las pulgas son los que desencadenan con mayor frecuencia alergias en los niños menores de 5 años.


A veces, no es fácil reconocer que el infante es alérgico a alguna sustancia, animal o alimento. ¿Cómo saberlo? La respuesta es simple: congestión nasal, estornudos, tos y brotes repentinos son los primeros indicadores de alergia, definida por los expertos como ‘una respuesta exagerada del organismo contra sustancias que debería tolerar’, entre ellas, los pólenes y los alimentos.


Cuando ésta se desencadena se activan unas moléculas denominadas inmunoglobulina E, las cuales se fijan sobre unas células (mastocitos y basófilos) que, a su vez, producen sustancias responsables de las manifestaciones clínicas de la reacción alérgica a nivel respiratorio, gastrointestinal (vómito, cólico o diarrea) o de la piel. Se requieren concentraciones mínimas de una sustancia o elemento en particular para que ésta se produzca (un bebé puede ser alérgico al huevo a raíz de las moléculas del mismo que aparecen en la leche materna y le pasan a través de ésta).


Es posible que un infante alérgico al huevo presente, por ejemplo, estornudos, tos, otitis, lesiones en piel, cólico o diarrea. Lo mismo sucede con los ácaros: el pequeño puede desarrollar conjuntivitis, rinitis o dermatitis.


Se estima que el 30 por ciento de los niños son alérgicos. Entre los 2 y los 5 años comienzan a aparecer los primeros síntomas de alergia. Cabe aclarar que en el primer año de vida, es más fácil que los ácaros o algún alimento la produzcan. Hacerse alérgico a pólenes o a gato toma su tiempo (puede aparecer a los tres años).


La herencia y la exposición influyen en la predisposición de un niño a ser alérgico: en el primer caso, si uno de los padres lo es, el riesgo de que su hijo también lo sea es cercano al 25 por ciento; si ambos son alérgicos, dicho riesgo aumenta al 50 y si los dos comparten la misma alergia, la posibilidad de heredarla a sus hijos es superior al 70 por ciento.


Otras causas y enfermedades
Sustancias como pólenes de gramíneas, hongos del aire, pelos de animales; la picadura de insectos como la pulga, zancudos, abeja o avispa, ciertas proteínas presentes en alimentos y medicamentos específicos (particularmente antibióticos) también pueden provocarla.La alergia produce enfermedades que, de no tratarse, disminuye la calidad de vida de vida del infante: si sufre rinitis, el niño crece menos y tiende a desarrollar otitis. Si tiene asma y no la controla, esta puede deteriorar los bronquios a futuro.


Son las siguientes:
· Rinitis alérgica. Es la más frecuente (22 por ciento de los niños la padecen) y el ácaro es el principal causante (animal microscópico que vive en el polvo y se alimenta de residuos de piel y pelo). Se manifiesta con obstrucción nasal, congestión, abundante moco - a veces es claro otras espeso- rasquiña en la nariz y estornudos frecuentes, síntomas que se asemejan al resfriado común. En ocasiones puede generar conjuntivitis, otitis media a repetición (con la posibilidad de la pérdida de la capacidad auditiva) y, con frecuencia, coexiste con sinusitis alérgica. Predispone al asma. Se aconseja que el dormitorio del niño sea minimalista: no deben haber elementos que acumulen polvo (como tapetes). Es clave asear el colchón y aspirar por lo menos tres veces a la semana.


· Asma bronquial. En los niños tiene dos variantes clínicas: una se manifiesta con tos seca, que a veces produce vómito y otra en la que surgen síntomas como tos, dificultad respiratorio y sibilancia (le pita el pecho), lo cual puede desencadenar crisis que requieren atención por urgencias. Este tipo de asma puede ser intermitente –esporádica- o consistente -más de dos o tres crisis por semana. Entre el 12 y 15 por ciento de los infantes la desarrolla.El 85 por ciento de los casos de asma comienzan antes de lo 5 años. Se estima que la tercera parte de los infantes que hacen bronquiolitis, tienen tendencia a desarrollar asma. Un pequeño con tendencia asmática no debe tener gato. Sin embargo, los últimos estudios afirman que un pequeño se hade tolerante a este animal cuando, al nacer, el gato ya habita en el hogar. Caso contrario si el felino llega la casa del menor tiempo después; allí habría mayor riesgo de ser alérgico al animal.


· Dermatitis atópica. Enfermedad de los pliegues. Generalmente aparece en los brazos, detrás de rodillas, cuello y pliegue inguinal, aunque en los lactantes puede aparecer en cara, cuero cabelludo y tórax. Se trata de un brote persistente, que en ciertas épocas parece complicarse, y que produce prurito (rasquiña incontrolable hasta el punto de que un niño se hace daño a sí mismo). El calor, la sudoración y el estrés son factores agravantes. En ocasiones predispone a infecciones cutáneas causadas por virus o bacterias.


· Alergia alimentaria. La más frecuente es a la leche de vaca, puede comenzar a temprana edad y producir brotes severos, incluso en cuero cabelludo; igualmente, náuseas, vómito y diarrea. Las proteínas del huevo, especialmente las de la clara, también son un alergeno frecuente y la alergia a este alimento se suele manifestar con brotes, ya sea ronchas por todos lados, hinchazón de párpados o escamas (rara vez con asma). El trigo, el maní, la soya, el pescado, los mariscos y a veces los cítricos, también pueden causar alergia en los niños.Mientras más crudo sea un alimento o más extraña sea una proteína para el ser humano, mayor posibilidad habrá que la desencadene.


· Alergia a los medicamentos. Es poco común en los niños y más frecuente en los adultos. Los antibióticos, los analgésicos antiinflamatorios y los antiparasitarios (aunque ocasionalmente) son los mayores alergenos dentro del grupo de fármacos, aunque un infante podría hacer reacción alérgica a cualquier medicamento.


· Alergia a la picadura de insectos. La pulga es la mayor responsable. Es normal que aparezca una roncha en el sitio de la picadura, pero no varias de ellas en lugares distantes. Es aquí cuando se habla de alergia. Los niños experimentan, además, una rasquiña incontrolable.La verdadera alergia a la avispa o a la abeja puede comprometer la vida (el menor puede presentar anafilaxis, con síntomas como obstrucción respiratoria y pérdida de conciencia).


Exámenes y tratamiento
Lo primero es detectar el factor causante. Cuando no se logra identificar, hay que practicar pruebas completas de alergia (en brazos y a veces en espalda): con una punción muy superficial se introduce una pequeña cantidad de diferentes sustancias y se mide la sensibilidad del niño a las mismas. Si a los 25 minutos, aproximadamente, aparece una roncha en el lugar de la punción, se dice que el niño es alérgico. Esta prueba se realiza en niños mayores de 3 años.


En los más pequeños se practica una prueba en sangre llamada Rast, para allí buscar las sustancias responsables de la alergia.


A partir del diagnóstico, el infante debe evitar el alergeno. Es relativamente fácil con un alimento mas no con una sustancia del ambiente. En este caso, hay que reducir al máximo el contacto.
Los antihistamínicos son útiles en caso de rinitis, conjuntivitis, sinusitis y dermatitis atópica. En la rinitis y en el asma se utilizan corticoides inhalados y en el caso del asma broncodilatadores. Todos deben ser prescritos por el médico.


Sin embargo, cuando no existe un control rápido de los síntomas, se puede recurrir a la inmunoterapia: a través de vacunas se inmuniza al organismo contra la sustancia que produce la alergia por un tiempo no inferior a año y medio. Es más práctico cuando los alergenos son sustancias del ambiente.


Por Francisco Leal Quevedo, inmunólogo y alergólogo pediatra; Eduardo de Zubiría, alergólogo.

CÓMO CUIDAR A LOS NIÑOS DE LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS


En estos días lluviosos hay mayor circulación de virus y más riesgo de que los infantes se contagien. Algunos síntomas se pueden manejar en casa. Hay que fijarse en signos de alarma.


La temporada de lluvia trae consigo tos, irritación de garganta, dolor de cabeza y otras molestias asociadas a las enfermedades respiratorias. Sin embargo, lo que representa un resfriado molesto en los adultos se traduce en un peligro inminente para los niños, especialmente los recién nacidos. De allí la importancia de que los padres y cuidadores de pequeños aumenten su atención en esta época, en la que las salas de urgencias están copadas de niños con Infección Respiratoria Aguda –IRA–.


¿Qué son las IRA?

Las infecciones respiratorias agudas son enfermedades producidas por varios tipos de microbios, especialmente virus y bacterias, que afectan la vía respiratoria, desde la región nasal hasta el pulmón.
Estas enfermedades causan inflamación aguda (de corta duración) del sistema respiratorio alto (nariz y laringe) o del sistema respiratorio bajo (pulmones).
“Se generan por contacto con el germen, ya sea por medio de una persona contaminada (que tenga con gripa, por ejemplo) u objetos contaminados (juguetes, ropa, elementos médicos). También se puede transmitir por el aire con las partículas de virus que expulsa una persona al toser”, afirma Iván Stand, presidente de la Asociación colombiana de neumología pediátrica y de la Sociedad latinoamericana de neumología pediátrica.


Lo usual es que estas infecciones duren de tres a cinco días. La mayoría son virales y requieren medidas de soporte para manejar los síntomas. Los virus NO responden a los antibióticos.
“Por lo menos el 90 por ciento de las infecciones respiratorias agudas son dadas por virus y el 10 por ciento por bacterias… muchas de estas son leves. Las que producen mayor riesgo de muerte en los niños son las bronquiolitis y las neumonías”, afirma el neumólogo pediatra Gustavo Aristizábal, coordinador del grupo de enfermedades respiratorias agudas de la Secretaría de Salud de Bogotá.

Manejo en casaGeneralmente, en un proceso infeccioso se controla la fiebre, se ofrecen al niño líquidos abundantes, alimentación adecuada (se debe mantener la leche materna en todo momento), no se debe suprimir la tos (es un mecanismo de defensa para eliminar las secreciones del pulmón) y es vital mantener la nariz limpia.


La fiebre es buena y no siempre hay que bajarla, dice Aristizábal, pues indica que las defensas del niño están trabajando. Solo se debe dar algo para la fiebre cuando la temperatura es mayor a los 38,4 grados centígrados (medida en la axila). En cuanto al lavado nasal, se les debe limpiar la nariz a los pequeños con solución salina: con un gotero o con una jeringa sin aguja (1 cm), sentar al niño y aplicarle dos gotas en cada fosa nasal cada vez que se sienta congestionado. No realizarlo cuando acabe de comer o con agua muy fría.


Consultar de urgencias en los siguientes casos:

- Todo niño menor de dos meses con fiebre.

- Todo niño mayor de dos meses con fiebre que dure más de tres días.

- Todo niño menor de dos meses que disminuya el apetito.

- Todo niño, menor o mayor de dos meses, que esté muy somnoliento o muy decaído.

- Todo niño que convulsione, de cualquier edad.

- Todo niño menor o mayor de dos meses que le suene el pecho al respirar (sibilancias).

- Todo niño menor o mayor de dos meses que tenga respiración rápida.- Todo niño menor o mayor de dos meses que se le hundan las costillas o tenga cualquier signo de dificultad para respirar.

Tipo de infeccionesInfecciones vías aéreas superiores:

Gripa o resfriado común.

Es producida por virus y puede causar fiebre durante pocos días, mocos y tos escasa. Otitis (el oído hace parte del órgano respiratorio). Se inflama el oído medio y esto ocurre, por lo general, como consecuencia de infecciones en la garganta, amigdalitis y gripas. Solo en casos específicos requiere manejo con antibiótico (líquido dentro del oído que no desaparece).


Otitis media con derrame significa que hay líquido en el oído medio (adentro del oído) y que la parte de adentro está inflamada. Este líquido por lo general no molesta a los niños y casi siempre desaparece solo.

- Sinusitis. Presencia de infección o inflamación de los senos paranasales, huecos donde pasa el aire por el interior de los huesos que rodean la nariz.

- Faringitis y amigdalitis.


La primera es la inflamación de la garganta, a menudo por una gripa o resfriado.


La amigdalitis es dolor e inflamación de las amígdalas.

- Laringitis. También la produce un virus. Se acompaña de fiebre leve, tos seca, mocos y ruido al entrar el aire (estridor). Infecciones vías aéreas inferiores:


- Bronquitis. Es la inflamación de las vías respiratorias principales (bronquios) hacia los pulmones. Produce tos, falta de aire y opresión en el pecho. La tos suele tener una expectoración de moco amarillento o verdoso. Es seca y desaparece espontáneamente.


- Bronquiolitis. Afecta a los bronquiolos, conductos más pequeños por donde va el aire. Hay unos 30.000 en cada pulmón. Un bronquiolo tiene aproximadamente el mismo grosor que un cabello. Un virus es el responsable de esta infección, que afecta principalmente a niños menores de un año. Sus síntomas son fiebre leve, tos seca al comienzo y luego húmeda, por varios días o semanas, y ruidos en el pecho (sibilancias). Se complica con dificultad al respirar.


- Neumonía. Usualmente es producida por bacterias. Sería la única enfermedad que requeriría antibióticos para su manejo. Causa fiebre prolongada, tos frecuente y se confirma su diagnóstico con un examen médico y una radiografía de tórax. Puede complicarse con dificultad al respirar y deterioro del estado general.

¿Cómo evitar que una gripa se complique?

Es importante hablar primero de la prevención. Una madre bien alimentada, con un control prenatal riguroso y libre del humo del cigarrillo tiene menos riesgos de un parto prematuro, dice el neumólogo Gustavo Aristizábal. Consejos para prevenir complicaciones en los bebés:

- Tener al día el esquema básico de vacunación, protección esencial contra varias enfermedades.

- Amamantar al bebé de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. No suspender la lactancia cuando se presente alguna enfermedad.

- Evitar que el niño se acueste, al menos durante los 30 minutos siguientes a la ingesta de alimentos para evitar que, al toser, devuelva la comida y broncoaspire.

- Los adultos siempre deben tener las manos muy limpias, especialmente cuando vayan a preparar alimentos. Un buen cuidador debe lavarse las manos de 20 a 30 veces al día

- Las personas con gripa siempre deben usar tapabocas.

- En época de lluvia, abrigar bien a los niños y evitar corrientes de aire. - No automedicar y no administrar medicamentos antigripales en niños menores de dos años.

- No fumar en la casa del infante.

Por Andrea Linares G.